Greta Thunberg y el movimiento mundial “Fridays for Future”

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Es el 4 de diciembre de 2018 y los miembros de la Cumbre del Clima de las Naciones Unidas (COP24), celebrada en Polonia, se preparan para escuchar a una adolescente sueca que ha iniciado una huelga internacional. Greta Tintin Eleonora Ernman Thunberg aparece con su cabello rubio peinado con dos trenzas, que la hacen ver aún menor de lo que es; porta una camisa a cuadros y cara lavada.

Me llamo Greta Thunberg, tengo 15 años, soy sueca y he venido a hablarles en nombre de las generaciones futuras”, inicia su discurso frente a representantes de 195 países. Durante esa cumbre,  sería cuando los principales mandatarios del mundo acordaran desarrollar el Acuerdo de París, documento que admite la existencia del cambio climático, la responsabilidad del hombre en el aumento de la temperatura y la obligación de los países firmantes para tomar las acciones necesarias para evitar que la temperatura de la Tierra aumente a más de 2 grados (estamos en 1 grado de aumento). Dando como resultado la decisión de que en el 2040 las emisiones de CO2 deberán reducirse a cero.

Tan solo cuatro meses antes, un simple acto de Greta inició algo que cambiaría su vida y la convertiría en una líder mundial. El 20 de agosto del 2018 la joven decidió no acudir a la escuela y en su lugar sentarse afuera de la asamblea legislativa de Suecia con un cartel en el que se leía: huelga escolar por el clima. Dispuso que haría lo mismo cada viernes hasta el día de las elecciones generales, llevadas a cabo el 9 de septiembre, luego de los incendios forestales y la ola de calor que aquejaron a su país.

La noticia de una joven protestando por la falta de políticas públicas y seriedad para frenar el cambio climático rápidamente se viralizó y de pronto ya no era Greta la única protestando, sino miles de estudiantes de más de 100 países quienes marchaban todos los viernes para rechazar el robo descarado de su futuro. El movimiento Viernes por el futuro (Fridays for future) había nacido.

Ha sido tal la movilización en ciertos países, que los mandatarios han tenido que salir a pedir a los estudiantes que dejen el activismo y regresen a las aulas, poniendo en evidencia su falta de entendimiento de lo que busca el movimiento.

Ustedes solo hablan del crecimiento económico verde y eterno, porque tienen demasiado miedo de no ser populares. Solo hablan sobre seguir adelante con las mismas malas ideas que nos metieron en este desastre, incluso cuando lo único sensato que pueden hacer es poner el freno de emergencia. No son lo suficientemente maduros para decir las cosas como son. Incluso esa carga nos la dejan a nosotros los niños. Pero a mí no me importa ser popular. Me preocupo por la justicia climática y por el planeta. Nuestra civilización está siendo sacrificada por la oportunidad de que un número muy pequeño de personas continúe haciendo enormes cantidades de dinero. Nuestra biosfera se está sacrificando para que las personas ricas en países como el mío puedan vivir en el lujo. Son los sufrimientos de muchos los que pagan por los lujos de unos pocos”, siguió la quinceañera ante los casi 200 líderes del mundo, impactados por la verdad que les cayó como un balde de agua fría.

Tras esa presentación, Greta continuó recorriendo Europa en autos eléctricos, bicicleta, autobuses y trenes para llevar su mensaje al mayor número de personas, sobre todo políticos de diversas naciones, pues son ellos quienes tienen el poder de cambiar las leyes. Sin embargo ha declarado sentirse decepcionada. Su popularidad crece; artistas y presidentes se toman fotos con ella, pero en el papel no hay cambios significativos.

Así lo expresó ante el Parlamento británico en abril de este año: “Cuando viajo para dar discursos en diferentes países, siempre me ofrecen ayuda para escribir sobre políticas climáticas específicas en países específicos. Pero eso no es necesario. Porque el problema esencial es el mismo en todos lados. Y el problema esencial es que no se está haciendo nada para poner freno, o siquiera reducir, el colapso climático y ecológico, a pesar de todas las palabras bonitas y las promesas. Sin embargo, el Reino Unido es un caso especial. No sólo por la extraordinaria deuda histórica de carbono, sino también por su recuento actual –y por cierto muy creativo– de sus emisiones de carbono. Desde 1990 el Reino Unido ha logrado una reducción del 37% de sus emisiones territoriales de dióxido de carbono, según el Proyecto Global del Carbono. Y eso suena sorprendente. Pero estas cifras no incluyen las emisiones de la aviación, los barcos y aquellas asociadas con importaciones y exportaciones. Si se incluyeran estas emisiones, la reducción desde 1990 sería de alrededor del 10%, o un promedio de 0,4% al año, según el Centro Tyndall Manchester. Y la causa principal de esta reducción no son las políticas climáticas, sino una directiva de la Unión Europea de 2001 sobre la calidad del aire que básicamente obligó al Reino Unido a cerrar viejas plantas de carbón que eran extremadamente contaminantes y reemplazarlas por estaciones energéticas de gas que son menos sucias. Y por supuesto, al pasar de una fuente de energía desastrosa a una menos desastrosa, las emisiones se reducen”.

La crudeza de las palabras de Greta han sido un despertador para los casi dos millones de estudiantes que actualmente marchan cada viernes. Además se ha convertido en toda una inspiración para los niños con autismo, pues ella padece de Asperger y TDAH.

Me hace diferente y ser diferente es un regalo. El asperger me hace pensar y ver las cosas fuera del marco tradicional. Y no me creo mentiras fácilmente, puedo ver a través de esas mentiras”, declaró al respecto, para la BBC a finales de abril de este año.

Asimismo Greta ha señalado en diversas ocasiones que los políticos deben escuchar a los científicos, pues ellos tienen las soluciones. Remarcando que los esfuerzos individuales son importantes, sin embargo las corporaciones son las que más contaminan. Además de decir que en el tema de ser o no sustentable, no hay medias tintas.

Actualmente Thunberg es la activista medioambientalista más famosa del mundo y se prepara para la huelga mundial del 20 de septiembre que buscará presionar a los políticos y la industria para que tomen acciones en contra del cambio climático.

Fotografía de portada: Facebook/ Greta Thunberg.

Este artículo aparece en la revista #113.

 

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