MANIPULACIÓN Y PERSUASIÓN: 2 maneras de actuar en política

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Afirmaba el pedagogo brasileño ya fallecido, Paulo Freire que: “La manipulación, como la conquista a la que sirve, tiene que anestesiar a las masas con el objeto de que éstas no piensen”.

En las relaciones entre élite política y masa social, encontramos posiciones de manipuladores y manipulados; aunque también de persuasores y persuadidos. Pero, ¿Cuál es la diferencia entre manipular y persuadir?

Muchos diccionarios no la establecen de forma clara. Esto conlleva que en el lenguaje cotidiano se utilicen de forma indiferente y errónea.

No obstante, se pueden fijar disimilitudes entre ambos conceptos: número de benefactores, duración de su efecto en el tiempo, veracidad de los argumentos y pretensión del ejecutor.

Manipular consiste en presentar y argumentar un asunto donde el ejecutor de la acción pretende un beneficio propio, sin tener en cuenta las consecuencias que puedan derivarse sobre los manipulados; Si bien se juega con la emoción de la audiencia, no se habla con la verdad. Además, tiempo después de la acción, los manipulados tendrán sensación de engaño, por lo que la duración de su efecto es escasa; funciona a corto y medio plazo.

Muy acorde con la cita inicial, valga como ejemplo, la función que desarrollan algunos medios de comunicación escritos, televisivos o radiofónicos y por lo general afines a partidos políticos. Preocupados casi exclusivamente por obtener las mayores cuotas de lectores o audiencia, sus discursos sólo muestran temas sobre los que debemos pensar y estructuran su mensaje, de forma que van encaminando nuestros pensamientos y nuestras acciones, hasta el objetivo final que ellos pretenden.

Sin embargo, persuadir consiste en presentar y argumentar un asunto donde el ejecutor de la acción pretende un beneficio favorable a él y a los persuadidos; también se juega con la emoción de la audiencia, pero se habla con la verdad. En este caso, los persuadidos no tienen sensación de engaño, y tiene por tanto una duración temporal mayor; funciona a corto, medio y largo plazo.

Las gestas llevadas a cabo por la humanidad para unas mejores condiciones de vida y/o un mejor desarrollo democrático, son ejemplos claros de persuasión. A saber, los discursos y acciones de Nelson Mandela o de Martin Luther King, entre otros.

Se puede afirmar entonces que la “pretensión del ejecutor”, es la llave que abre la puerta a la manipulación o a la persuasión.

Saber diferenciar e identificar ambos términos, ayudaría a la sociedad a distinguir entre que parte de la élite política abre una u otra puerta. Esto permitiría eliminar a los manipuladores y mejoraría la comunicación entre élite y masa social derivando en un mayor desarrollo democrático.

De esta forma, la cita inicial de Paulo Freire, podría encontrar su antónima haciendo referencia a la persuasión, quedando de la siguiente manera: “La persuasión, como la conquista a la que sirve, tiene que comunicar a las masas con el objeto de que éstas sientan y actúen”.

Lectura recomendada:The power of persuasion”, de Robert Levine.

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