Dr. Dee: la ópera de Damon Albarn y Rufus Norris #reseña

Teatro
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 Por: Iván Trujillo

Cuando los organizadores del Festival Internacional de Manchester comisionaron en 2009 a Damon Albarn, Rufus Norris y Alan Moore una ópera sobre el Dr. John Dee, pocos fuera de los círculos académicos conocían la importancia de Dee para la historia británica. Ahora en 2011 y ya sin Moore en el proyecto, Albarn y Norris presentan ante miles de espectadores la historia sobre este personaje del renacimiento inglés que tuvo una tremenda influencia política en su tiempo pero cuyo gran apetito por el conocimiento lo llevó a la cima y más tarde al olvido. La vida de quien fuera rector de la Iglesia Colegiada de Manchester, en donde aún el día de hoy puede apreciarse un pedazo de madera quemada que según cuenta la leyenda fue donde se le presentó el diablo mismo, ha sido poco explorada en las artes escénicas, por lo que hacerlo  a través de la ópera mantienen altamente entusiasmados a Albarn y Norris.

“Dr. Dee” Inicia con el vuelo de un cuervo real hacia el escenario, para dar pie a la aparición de Albarn y algunos de los invitados musicales como la leyenda del Afrobeat, Tony Allen, y el tecladista de Gorillaz Mike Smith.  Es así que con una melodía sencilla pero de una gran belleza da inicio la historia. Ya en escena, Damon Albarn es a la vez músico y personaje. Es una especie de espectador que desde su puesto sentado a la orilla de la plataforma en donde se encuentran los músicos permanece todo el tiempo en escena viendo los eventos que se desarrollan en el escenario,  aunque sus intervenciones se dediquen en la mayoría de los casos a interpretar las canciones que él mismo compuso. A pesar de estar frente a los reflectores, Damon no porta el mismo vestuario de época de sus compañeros sino que usa su ya tradicional chamarra de piel, playera tipo polo y jeans que desde la etapa final con Blur se convirtieron en su vestimenta predilecta.

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Como los mismos organizadores del Festival Internacional de Manchester gustan de promocionar, los eventos del festival tienen como uno de sus puntos en común la innovación.  De esta manera, durante la presentación se conjuga el uso de proyecciones digitales, sombras y pantallas de papel para presentar de forma dinámica la evolución de varias escenas de forma similar a las viñetas en una historieta.  El vestuario corre a cargo de Katrina Lindsay y resulta espectacular para ofrecer en conjunto un festín visual que no deja de sorprender a los presentes. 

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