Aurora Jiménez de Palacios: primera diputada federal mexicana

A pesar de haber muerto a la edad de 32 años de edad en un accidente de aviación no aclarado y del que se habla como un posible asesinato, la mujer nayarita dejó un importante legado, lo cual no solo quedó asentado en los libros de historia, sino en una placa conmemorativa en la Cámara de Diputados, exactamente en el Auditorio del Edificio E, en donde se lee: Aurora Jiménez de Palacios, primera diputada federal en México, en 1954.

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Su período como diputada tan solo fue de un año, inició el 4 de julio del año 1954, tomó protesta el 7 de septiembre del mismo año, y concluyó el 31 de agosto de 1955. Aunque antes de eso se desempeñó como síndico procuradora en funciones, en la ciudad de Mexicali, Baja California; estando activamente involucrada en la política de la región.

Desde el primer día en el que se integró a la XLII Legislatura federal para formar parte de sus 160 diputados, causó gran expectativa.

Al respecto habrá que tener en cuenta que el día 22 de diciembre de 1952, se discutió la iniciativa del presidente Adolfo Ruiz Cortines para reformar los artículos 34 y 115 de la Constitución General de la República, misma que fue aprobada, por lo que el 7 de octubre de 1953  las mujeres mexicanas adquirieron el derecho al voto y a ser votadas a cargos de elección popular. Es decir, casi un año antes de que Aurora Jiménez asumiera el cargo de legisladora.

Durante los 4 meses en los que estuvo en funciones, tuvo 3 intervenciones, una de ellas para oponerse a la iniciativa presidencial que buscaba imponer 50 años de prisión para los delitos de traición a la patria, modificando los ya existentes, a lo que Aurora Jiménez dijo que la delincuencia no se resolvía con la severidad, sino dando atención a los desprotegidos y al trabajo.

La diputada es vista como un triunfo de la lucha de las mujeres al voto, demanda que se dio en el Congreso Constituyente de 1857. Sin embargo, Jiménez de Palacios no formó parte de ninguna de la Comisiones de la Cámara de Diputados. 

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La sesión 13 de la Cámara de Diputados, celebrada el 12 de octubre de 1954 da cuenta de la pericia política de Aurora Jiménez de Palacios, así como del ambiente que se sentía dentro de esas paredes, como quedó asentado en el libro AÑO III, del Periodo Ordinario XLIII Legislatura, TOMO I:

"Ciudadanos diputados: ¡Cuánta razón asistió a ustedes, compañeros Diputados de esta XLII Legislatura del honorable Congreso de la Unión, cuando en sesión celebrada el día 22 de diciembre de mil novecientos cincuenta y dos, al discutirse la iniciativa presidencial para reformar los artículos 34 y 115 de la Constitución General de la República, con el propósito de otorgar a la mujer mexicana la plenitud de los derechos políticos, expresaban, por voz del diputado Hinojosa Ortiz que:..."quiénes piensen que la mujer puede ser instrumento dócil de tendencias fanáticas, se equivocan pues la mujer obrera, la mujer campesina, la mujer intelectual, creada en el sentido de la solidaridad que solamente se logra en el dolor y la pobreza, tendrá que estar ineludiblemente con el pueblo, defender sus derechos, porque desde hace más de cien años, camina a la vera del soldado que ha realizado las más grandes conquistas sociales de México...(Aplausos)

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"Y afirmo que tenían ustedes razón auténticos representantes populares, porque ahora vengo, con toda modestia, con toda sencillez, pero también con inmenso fervor patriótico, a demostrar que la mujer mexicana, jamás negará a México; para la mujer México es su pueblo, en el patrimonio moral y físico que nos han dejado, con un rastro de sangre y de heroísmo, los hombres y las mujeres de la Insurgencia, de la Reforma y de la Revolución. Para las mujeres, México son sus héroes.

"Feliz coincidencia, hablar de México, de su pueblo de su raza, en el cuatrocientos sesenta y dos aniversario del descubrimiento de América. Pero para nosotros, no existe el sentido abstracto de la raza; para las mujeres que creemos en México, el concepto de la raza no puede desligarse del Estado, de las condiciones de vida del pueblo. Y cuando rendimos homenaje a las razas que descubriera Cristóbal Colón, lo hacemos fijo el pensamiento en la miseria de nuestros grupos indígenas, en las apremiantes necesidades de alimentación y vestido de nuestros campesinos, en el salario insuficiente de los trabajadores, por cuya ascendente mejoría siempre han luchado los mexicanos, conducidos por nuestros héroes amados, superando obstáculos, perdiendo la vida, pero manteniendo siempre el alto el ideal del mejoramiento económico y político de nuestra raza. (Aplausos)

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"Me ha correspondido un honor, inmerecido; un privilegio que por ser de tan gran magnitud, no tiene cabida en mi corazón; privilegio que será el legado más honroso que dejaré a mis hijos: ser la primera mujer en la Historia de México, que dirija su voz emocionada al país, con el carácter honroso, magnifico, de diputada al Congreso de la Unión. Comparto desde luego esta distinción memorable, con todas las mujeres de mi patria y con ellas también comparto la gran responsabilidad que pesa sobre nuestra conducta, al habérseme otorgado la plenitud de los derechos políticos. Así me siento identificada con el pensamiento de todas las mujeres de México.

"Mi elección como diputada por el Estado de Baja California Norte, expresión esplendorosa de la patria nueva que estamos forjando, es el producto del glorioso movimiento nacional que desde la Insurgencia, hasta la Revolución, constituye la secuela dolorosa del pueblo mexicano en lucha permanente por su libertad y su bienestar económico. Me honro en creer en México y en la Revolución Mexicana. Me dignifica, me enaltece, compartir la doctrina de nuestro gran movimiento nacional; sustentar la fe en nuestras instituciones, en mantener incólume mi decisión de lucha por su vigencia y su aplicación. Es mentira que exista incompatibilidad entre las características esenciales de la mujer y su fe en nuestro movimiento libertario; al contrario, siendo nuestra Revolución puramente mexicana, sin la presencia de ideas o hechos extraños a su origen que es el anhelo del pueblo, al confundirse la mujer con el ideario de la Revolución, se purifica, se dignifica, se enaltece, porque nos acogemos a la sombra protectora de sus libertades de creencia, de expresión, de asociación.

Ramón Beteta felicita a la diputada Aurora Jiménez

de Palacios después de la toma de protesta

7/09/1954

"Parecerá extraño que ocupe por primera vez la tribuna de la Cámara para abordar un acontecimiento bochornoso: un pequeño grupo de gentes que insulta a nuestros héroes y maldicen la Independencia. Sin dar importancia a este grupo de canallas, ausentes de significación moral, social o política, sí considero necesario que la Representación Nacional no pase desapercibida esta ofensa de la que ha sido víctima la República Mexicana (aplausos) y condenar a los renegados de la patria que muerden la mano de quienes les legaron la libertad.

"¿Qué otro patrimonio debemos defender con tanto cariño y decisión, con más amor y firmeza, que la obra, el ejemplo, la generosidad de un Hidalgo, un Morelos, un Juárez (aplausos), un Madero, un Carranza y tantos héroes más, cuyas vidas están tan cercanamente ligadas a la existencia del país?

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"La mujer mexicana defenderá con el coraje que solamente se equipara al que emplea para defender la vida de sus hijos, la memoria y el nombre de nuestros gloriosos antepasados, porque su recuerdo nos enseña, en efecto, hasta qué punto los obstáculos que parecen insuperables pueden vencerse, cuando se vive esencialmente para la patria, y "...cuando se sirve con lealtad a los intereses de un pueblo, en cuyo rostro la patria se reconoce...", como dijera en frase bellísimas el Presidente Ruiz Cortines.

"Expresamos anteriormente que nuestra intervención en este asunto, no deriva de la importancia o categoría del grupo de renegados de la patria, sino el evidente deber de defender a México y sus héroes, porque por encima de cualquier consideración ideológica, por encima de los grupos o asociaciones de ciudadanos, por encima de todos, está la innegable validez de nuestros símbolos y de nuestras instituciones. (Aplausos)

"El día 14 de octubre de 1951, Adolfo Ruiz Cortines dijo: "La patria es una. Dentro de ella caben y deben caber todos los mexicanos, cualesquiera que sean sus opiniones, sus creencias, su mentalidad, su posición económica o social. La patria no es patrimonio de clase, de grupo o de facción".

"La Historia, ha evidenciado la certeza de esa frase, pero acontecimientos como el que comento, nos enseñan que mientras los más vivimos en el anchuroso seno de la patria para servirla, amarla y venerarla, otros, aprovechan su generosa acogida, para traicionarla. (Aplausos nutridos)

El C. Presidente: Tiene la palabra el ciudadano Agustín Arriaga Rivera.

El C. Arriaga Rivera Agustín: Compañeros diputados: realmente subo a esta tribuna con una profunda y sincera emoción que creo se agita también en el pecho y en el corazón de cada uno de ustedes.

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Hemos tenido, compañeros diputados, el día de hoy, dos actuaciones en esta tribuna: una de ellas, de un extraordinario valor histórico; y digo de un extraordinario valor histórico, porque al subir a esta tribuna, la más alta tribuna del pueblo de México, Aurora Jiménez de Palacios, ha quedado rubricada, en la historia política de México, ha quedado rubricada una de las páginas más emocionantes, más brillantes y más significativas de la lucha del pueblo de México por conseguir y lograr la plenitud de sus derechos y de sus libertades. Considero, compañeros diputados, que si Aurora Jiménez de Palacios no hubiese producido esa oración fervorosa de civismo, de patriotismo y de mexicanidad, de todas maneras una página muy brillante de la Historia de México, hubiese quedado aquí escrita el día de hoy; pero su intervención - permítanme que lo diga con sincero regocijo de mexicano - ha sido brillante, ha sido esplendorosa, ha sido emocionante, ha sido la voz de la mujer mexicana, de la mujer mexicana que ha luchado al lado del hombre, junto al hombre de México, lo mismo en la Independencia con Josefa Ortiz de Domínguez, Leona Vicario, Gertrudis Bocanegra; lo mismo en la Reforma, lo mismo en la Revolución; la voz de nuestra compañera diputada ha sido aquí la voz de la mujer mexicana y ha venido precisamente, compañeros diputados, para esclarecer lo que México debe entender, entiende, quiere y lucha porque sea la raza mexicana, la nueva raza de América.

Hoy, 12 de octubre de 1954, hemos tenido este privilegio: Adolfo Ruiz Cortines, el abanderado de México, prometió a México mismo, darle, a través de sus mujeres, la plenitud en su vida cívica. Aquí ha quedado cumplido el día de hoy, emocionalmente, esa promesa que la Revolución mexicana hizo por boca de su abanderada; pero también hemos visto el día de hoy - y lo digo con sincera emoción - la actuación de ese venerado constituyente de 1917, de ese Cayetano Andrade López a quien los michoacanos sentimos tan nuestro, tan michoacano, porque es michoacano de corazón y de actuación por México.

Con cuánta emoción lo digo, porque se agita en nuestro corazón y sube hasta mis labios, que hemos escuchado a ese hombre cuyas sienes peinan ya las canas, venir aquí una vez más a darnos el ejemplo de su civismo, de su luchador espíritu, a proclamar el pensamiento, el sentimiento a la convivencia del liberalismo mexicano.

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¡Qué gran día me ha tocado vivir hoy, compañeros! y eso que todos ustedes comparten este momento. Aquí se ha venido a hacer una celebración de un aniversario, del aniversario del descubrimiento de América. Sin decirlo ellos, nuestros compañeros diputados han dejado escrito en las páginas de esta Legislatura cómo entienden las nuevas generaciones, las generaciones revolucionarias de México, lo que es la raza mexicana, lo que es la raza de América, lo que es la raza de este mundo nuevo. Ellos con su vida, ellos con su palabra han firmado lo que debemos repetir aquí el día de hoy. Cierto que existen grupos pequeños, grupos insignificantes, canallas desprestigiados que se agitan y tratan de enlodar a México, que se agitan y tratan de quitarnos nuestra historia, lo más precioso que tiene un pueblo en el mundo, y preguntémonos compañeros diputados: ¿Tratan de robarnos nuestra historia esos señores cuyo nombre sería un insulto repetirlo aquí? ¿Tratan de robarnos nuestra historia, ofreciéndonos en cambio otra historia digna de México, de su pueblo? No, compañeros diputados, esos señores, ese grupo engañado por sus falsos y traidores dirigentes, está simplemente tratando de destruir lo más preciado que tiene todo el pueblo, que es su tradición de luchador, su tradición de heroísmo, su tradición de pueblo amante de la libertad, para ponernos simplemente como ejemplo el paradigma de la tradición en la historia de México.

Fijémonos por un segundo, compañeros diputados, en esto: nosotros como mexicanos lo sabemos: ahí nació ese señor Iturbide, en Morelia; Michoacán ha producido bueno y malo, es generoso y grande; ahí, en ese Michoacán conspiró Agustín de Iturbide en 1807 y 1808, y él fue el que vendió, el fue el que reveló la conjura de Valladolid, combatió la insurgencia, traicionó a los ejércitos del Rey y simplemente trató de aprovechar para beneficio personal sus continuas traiciones.

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Este es el paradigma de traición que hace el pequeño grupo, pequeño y canalla, desgraciadamente para ellos. Nosotros, compañeros diputados, pensamos que ese no es México, ese es un falso México, esa es la antipatria: nosotros, compañeros diputados, hoy doce de octubre de mil novecientos cincuenta y cuatro, venimos desde esta tribuna a hacer profesión de fe, de raza nueva, de pueblo nuevo; venimos desde esta tribuna a decir que amamos a la España eterna, a la España de Vasco de Quiroga, del Padre de las Casas, de la España generosa y soñadora; a esa la amamos y la llevamos en nuestro corazón; a la España circunstancial, a la España occidental, a esa la perdonamos; pero junto a la España eterna, grandiosa y amada de todos los mexicanos, colocamos en igualdad de posición, en lo más profundo de nuestro corazón, a la antigua raza indígena para producir un nuevo México, un México que empieza a surgir lo mismo en el 1521 en la antigua Gran Tenoxtitlán, para seguir en la Independencia, continuar fuerte y vigorosa con Benito Juárez, esclarecer su vida de pueblo nuevo en esta Constitución, ejemplo y paradigma de pueblo joven, de pueblo joven y ambicioso, que es la Constitución de 1917. (Aplausos) Esa es la raza que nosotros cantamos y sentimos, esa es la raza que juntas las mujeres de México y los hombres de México junto con las mujeres de México; los hombres de México, los obreros, los campesinos, los soldados y los estudiantes de México, creemos que está surgiendo de 1910 para acá. Que no se le pida a esta Revolución Mexicana que lleva 45 años de servir a México, lo que ellos no pudieron hacer en 300 años de dominación y de Conquista; que los ejemplos de lo que esta Revolución ha hecho en 45 años, deben de maravillar al mundo sincero y de buena fe, a este México nuevo. Por este México nuevo que cree en Morelos, que piensa con Hidalgo, que ama entrañablemente a Benito Juárez; que se siente sinceramente producto de la Revolución Mexicana, ése es el México, ésa es la raza que aquí las mujeres, los hombres, los ancianos, los jóvenes de México, venimos todos a proclamar y estamos - escúchese bien - dispuestos permanentemente a luchar y a defender por que ese México sea el México de nuestros hijos.(Aplausos)

Imágenes: Colección Archivo Casasola