En el Valle de Toluca por más de un siglo 72,000 hectáreas conformaron el gran lago del Alto Lerma, que albergó una preciada y poco común fauna, pues sólo existe en esta pequeña parte del mundo. En el año 2021 ese gran cuerpo de agua se ha convertido en una minúscula cuenca con 150 especies, de las cuales 15 están en peligro de extinción, entre ellas la Ambystoma Lermaense.
El presente artículo se centra especialmente en esta curiosa especie microendémica, la cual está relacionada con el dios Xolotl (hermano gemelo de Quetzalcóatl) de la cultura mexica, quien en su intento por evitar ser obligado a sacrificarse para dar paso a la Quinta Era, decidió huir.
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Para esconderse de Ehécatl, dios del viento, se transformó en maíz, guajolote, maguey, xoloitzcuincle y finalmente en un axolotl, forma con la que sería capturado.
En náhuatl "Atl" significa "agua" y "Xolotl" es “perro”. Por lo que axolotl hace referencia a un perro de agua.
Durante siglos el ajolote ha causado fascinación, tanto por su aparente sonrisa, su surreal belleza, así como su increíble capacidad para regenerarse. Sin embargo, por más asombro y orgullo que cause, México ha sido incapaz de proteger su hábitat natural para evitar su presumible pronta extinción. Por lo que de los 16 tipos de ajolote que existen en el país, 8 están en la lista roja.
El acuífero Ixtlahuaca-Atlacomulco, ubicado en el eje neovolcánico de la cuenca del Alto de Lerma, tiene una extensión de 2,897 kilómetros cuadrados que son el complejo, pequeño y frágil ecosistema en el que hoy reside el ajolote lermense.
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Desde el año de 1949, los acuíferos del Alto Lerma abastecen de agua potable a la Ciudad de México.
En el año 1981 se extraían 190 millones de metros cúbicos (Mm3), lo que ocasionó depresiones de 0.5 a 1 m, provocadas por el bombeo de las baterías de los pozos del entonces Departamento del Distrito Federal (DDF), en la porción central del valle, donde confluye el agua subterránea. Mientras que la profundidad al nivel estático oscilaba entre 20 y 100 m.
Sin embargo, para 1991, la recarga total del acuífero era de tan solo 32 Mm3, es decir, desde entonces ya estaban sobre explotados.
Mapa CONAGUA
Ahí prolifera la basura y hay elevadas concentraciones de metales pesados. Las aguas negras que se filtran de los fraccionamientos que se construyeron a un lado, las compañías que vierten sus desechos industriales en el río, las heces fecales del ganado y los basureros clandestinos, no son los únicos culpables, también lo es la introducción de carpas y truchas con fines comerciales, las cuales se han convertido en especies depredadoras, pues compiten con los ajolotes por el espacio y matan a los juveniles.
A pesar de esto y del abandono por parte de las autoridades de todos los niveles de gobierno por preservar la especie y a su hogar (las Ciénegas), el ajolote resiste.
En agua preserva su estado neoténico, es decir, conserva sus branqueas y algunas características de una larva, lo que le da la apariencia de “pequeño monstruo”. Mientras que en tierra firme se convierte en una salamandra con la piel lisa y moteada.
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Tiene un color similar a la tierra, ya sea negro, café o verde.
En su ambiente natural puede vivir hasta los 15 años, medir entre 15 a 35 centímetros y pesar entre los 60 y 220 gramos.
Rurik – NaturaLista
Su alimentación está basada en crustáceos, moluscos, peces y larvas de insectos. Siendo el clima de su hábitat natural subhúmedo con lluvias en verano, semifrío subhúmedo con lluvias en verano, o semifrío subhúmedo con lluvias en verano.
A pesar de su similitud con el Ambystoma Mexicano, ubicado en Xochimilco (Ciudad de México), el lermense es diferente en su morfología y época de reproducción.
La preservación de la especie solo es posible mediante la protección de su hábitat, lo cual requiere que las autoridades no sean omisas en aplicar las sanciones por la contaminación del medio ambiente, como lo marca la ley; poner énfasis y orden en el desarrollo urbano; destinar recursos económicos para la investigación de las Ciénegas y también resguardarlas, pues se ha detectado a personas que roban el agua para comercializarla. Asimismo se debe de educar a la población sobre el robo de especies, pues en cautiverio el ajolote presenta enfermedades que en vida silvestre no tiene.
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El Ambystoma lermaense “se localiza únicamente en las ciénegas de Lerma, de ahí su importancia por recuperarlas. Si las mismas desaparecieren también lo hará el anfibio, junto con otras especies que las habitan”, se ha pronunciado sobre el tema la especialista en genética de la conservación doctora Karla Pelz Serrano (UAM).
¿Conocías esta especie? ¿Qué medidas crees que se deben de tomar para preservarla? ¿Debería de declararse a la zona como refugio de esta especie en peligro de extinción?
Imagen portada: Leopoldo Vázquez, BDI - CONABIO
Fuentes: CONABIO, CONAGUA, Universidad Autónoma de México, Edge of Existance
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